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Rutinas del recién nacido: cómo elaborarlas y adaptarnos a ellas

Rutinas del recién nacido: cómo elaborarlas y adaptarnos a ellas


Las primeras semanas de vida de tu recién nacido estarán cargadas de emociones y de experiencias que pueden parecer sobrecogedoras, ya que ambos estarán enfrentando una situación nueva; tú estarás aprendiendo a ser padre/madre y tu bebé estará aprendiendo a ser-humano. Existen estrategias para afrontar todos los cambios e hitos de esta etapa adecuadamente, siendo la más efectiva de todas organizar rutinas para optimizar el tiempo para sus cuidados y los tuyos. Aquí encontrarás algunos consejos para crear las rutinas de tu recién nacido, siendo el más importante que fluyas con él/ella y que asumas todos sus cambios con actitud positiva, disposición y mucha entrega.

Entiende la importancia de las rutinas

Las rutinas te permiten organizar mejor tu tiempo, enfocarte en las necesidades de tu bebé y facilitar su adaptación al mundo. No deben generarte más estrés, sino promover tu autocuidado y el bienestar del recién nacido, que depende de ti. Los beneficios incluyen: conformar una estructura en tu vida y en la de tu bebé, gestionar los tiempos de actividad y descanso, anticipar cambios en tus tareas diarias para atender a las necesidades del recién nacido, mejorar las interacciones y respuestas ante sus comportamientos, y planificar tu vida con él/ella en casa. Además, ayudan a que tu bebé se sienta seguro y comience a desarrollar hábitos que serán útiles en su desarrollo posterior.

Conoce las ventanas de sueño de tu bebé

Los recién nacidos no tienen un ciclo circadiano desarrollado, por lo que sus patrones de sueño y actividad se miden en ventanas de sueño, es decir, el tiempo que están despiertos entre periodos de descanso. Estas ventanas varían según la edad y la estimulación del bebé, y es normal que no sean exactas, especialmente cuando alcanzan hitos de desarrollo. Para establecer una rutina, es clave observar cuánto tiempo tu bebé permanece despierto y planificar las actividades del día en función de sus ventanas de sueño.

Aquí te presentamos un ejemplo de rutina para un recién nacido:

  • Mañana: Despertar, alimentación, aseo (del cuerpo, de las partes íntimas y del ombligo), tiempo de juego y siesta. Despertar, alimentación, aseo (cambio de pañal), estimulación, y siesta.
  • Tarde: Despertar, alimentación, estimulación, aseo (cambio de pañal), juego y siesta.
  • Noche: Despertar, alimentación, aseo (baño y cambio de pañal), masaje relajante y ropa de dormir, alimentación, tiempo de apego y hora de dormir.
  • Madrugada: Despertar, Aseo (cambios de pañal con luz tenue, en silencio y procurando no sacudir al bebé), alimentación, tiempo en brazos, de vuelta a dormir. Y así sucesivamente.

Durante la rutina de noche y madrugada es de vital importancia que puedas evitar estímulos fuertes, esto con el fin de que, por medio de las actividades que se realizan, pueda empezar a reconocer las diferencias entre el día y la noche, construyendo así los cimientos de su futuro ciclo de sueño.

Incluye tiempo de juego y estimulación

Aunque tu bebé sea recién nacido, necesita un adecuado tiempo de juego y estimulación acorde a su edad, con el fin de que impulse su desarrollo sensorial, cognitivo y socioemocional. Las actividades pueden ser simples, como: hablarle claramente, sonreírle, cantarle, acariciarle, hamaquearle, tocar su mano o promover el agarre de objetos (tu dedo o algunas partes de su cuerpo). También puedes incluir masajes con cremas hipoalergénicas, juego prudente durante el baño, paseos y periodos cortos de tummy time mientras lo tienes en tu pecho, siempre siguiendo las recomendaciones del pediatra. Es crucial no sobrecargarlo con demasiados estímulos, ya que su cerebro está en pleno desarrollo, es susceptible a la sobreestimulación y necesita procesar la información de forma gradual.

Sé flexible

Lo más importante de las rutinas es que no te frustren, debes entender que todas las actividades que realices están sujetas a cambios o modificaciones en razón a las necesidades e hitos que se presenten en la vida de tu bebé y que no todos los días se verán iguales para ustedes. No sabes cuándo se enfermarán, cuándo debas realizar un viaje de emergencia, cuándo tengas que estar fuera de casa o cuándo suceda algo que está fuera de tu control, haciendo necesario que las rutinas cambien un poco según la situación que estés viviendo. Si esto sucede, tu mejor respuesta es corregir o modificar lo que necesites cuando lo necesites, fluye con tu bebé y no esperes que él/ella se adapte a ti, recuerda que le estás enseñando a que su vida debe tener una estructura.

Recuerda ser constante

Para que una actividad sea hábito y un hábito sea rutina se necesita bastante tiempo, dedicación, paciencia y disposición para estar en un constante ensayo y error, no aceleres los procesos de tu bebé ni esperes que todos se adapten en solo unos pocos días, vive esta etapa por lo que es, un proceso de amoldamiento a una nueva vida. Intenta reconocer lo que mejor funcione para todos los miembros de la familia y aplícalo constantemente hasta crear horarios y patrones a los que se puedan adaptar durante las distintas etapas del ciclo vital del bebé. Tu bebé aprovechará al máximo las ventanas de actividad y sueño durante el día si las actividades suceden durante más o menos el mismo tiempo todos los días, así que cuida esa constancia.

Incluye actividades de autocuidado para ti

Para poder brindar la mejor calidad de vida a tu bebé es fundamental que como cuidador/a también tengas rutinas que fomenten tu bienestar y procuren tu salud. Algunas de ellas son: dedicar unos minutos para meditar, cuidar la higiene personal, la alimentación y la actividad física de acuerdo a las etapas del bebé (o de acuerdo a tu estado de recuperación si están en posparto), evita fumar y consumir alcohol, aprovecha los espacios en los que tu bebé descansa para descansar tú también o para pasar algún tiempo con un ser querido; valora tus esfuerzos e intentos, incluso si fallas, recibe ayuda si la necesitas, evita aislarte, comparte con tu red de apoyo y de vez en cuando prueba salir de casa en familia, si así lo aprueba el pediatra.

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