En el proceso de subrogación, la gestante subrogada desempeña un papel fundamental como portadora del sueño de muchos. En esta modalidad, no existe una conexión genética entre ella y el bebé, ya que se utilizan óvulos y espermatozoides de los padres intencionales o donantes. Son ellas quienes con este acto generoso de amor y altruismo permiten que aquellos que anhelan formar una familia puedan experimentar la alegría de la maternidad / paternidad.
Todo comienza con la asignación de la gestante subrogada a los padres de intención; este es el primer paso, en el que se formaliza el compromiso por parte del padre de intención y se establece el deseo de expandir la familia mediante la gestación subrogada. Seguido a esto se realiza una consulta psicológica con padres de intención y la gestante para asegurar que todas las partes estén emocionalmente preparadas para el proceso. Al día siguiente del inicio del ciclo menstrual de la gestante, se lleva a cabo una consulta médica para establecer el protocolo de preparación de la transferencia embrionaria, es allí donde se da inicio a la administración de medicamentos y a una serie de ecografías endometriales, esto con el fin de optimizar el entorno uterino para favorecer el proceso. Una vez que se ha logrado una buena estimulación del endometrio, se programa la transferencia de embriones y 10 días después se realiza la prueba de embarazo.
La gestación subrogada es un acto de amor que tiene un impacto profundo en la vida de otros. Al ser gestante subrogada, se tiene la oportunidad de aportar y ayudar a realizar el sueño de la maternidad / paternidad. Este papel tan especial no solo transforma vidas, sino que también permite a las gestantes experimentar la alegría de ayudar, a la vez que reciben apoyo y reconocimiento por su valiosa contribución.
Nuestras gestantes subrogadas dejan una profunda huella de amor que transforma vidas para siempre